Los tercios españoles, ideados por Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, en las reformas militares de principios de siglo XVI, hicieron temblar a Europa durante dos siglos; combinaron el arrojo con la técnica y se ganaron el respeto de sus enemigos.
Un tercio se caracterizaba por la técnica: resistir, con frialdad y firme la pica, la embestida de la caballería; mantener la formación ante el cañoneo y los arcabuceros enemigos; el cuerpo a cuerpo con las picas. Todo ello requería mucha disciplina, preparación y valor. Las victorias de Pavía, San Quintín, Gravelinas, Empel o Valenciennes, son algunos ejemplos de su eficacia.
En el primer dibujo represento la confesión de un soldado en el campamento. En segundo plano hay otro guerrero que espera su turno y una tienda de campaña. En 1587, los jesuítas fueron nombrados capellanes de los tercios.
La segunda ilustración es el último momento de una refriega en un terreno hundido y pantanoso, tras una emboscada, han luchado cuerpo a cuerpo, en un duelo cruel y violento.
3 comentarios:
Impresionante el realismo del segundo dibujo, los cuerpos caídos, sin vida.
En el primero se transmite la piedad de los dos personajes principales: el sacerdote castrense?, y el soldado penitente. Más atrás al otro soldado impacta su reconocimiento como algo sobrenatural de lo que tiene delante. Muestra la fe de los tercios...esa escena es muy buena: tiene fuerza.
muy grande, salvo por el cura q parece q esta haicendo magia
Jaja, que cabrón.
Gracias, camarada.
Tomás
Publicar un comentario