Niños soldados, inocencia armada. |
La violencia siempre horroriza, pero más si se ensaña con los más inocentes. Los niños de "aquí" juegan con armas de plástico o madera, se "disparan" y "matan", entre risas y gritos atacan al enemigo en una lucha interminable. Pero luego su madre les llama al orden y los sienta a cenar y luego los arropa en la cama.
Los niños de "ahí" tienen armas, también de madera, pero solo la culata y cuando las disparan no es ningún juego. Cuando mueren no pueden decir: "no vale, no ha valido". Después de cenar nadie les arropa, solo tienen al lado a un pequeño compañero que tampoco comprende por qué sufre ni a quién odia .
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