Combate urbano IV

Desolación

 Nuevo dibujo de la Guerra Asimétrica y de los Combates Urbanos. El arma: un CETME G3, el soldado: mezcla de uniformes. Como siempre.

   Nuevo tipo de paisaje urbano, menos bélico, más paisajista, tal vez me exigí demasiado, de hecho se nota en las líneas de fuga de las ventanas. Sin embargo, logré el dramatismo que buscaba, reflejado en la actitud del soldado y en lo señorial de las fachadas, heridas por la guerra. 

   Mi primera intención era que junto a la columna de humo se viese la cola de un helicóptero que se ha estrellado en la fachada. Pero hacerlo sería quitarle sensibilidad a la escena y exagerar el impacto que ya tiene. Me gustó el resultado, pide repetir.

Combate urbano III

Camaraderia

   Nueva escena de la guerra asimétrica. Y de nuevo podría ser cualquier lugar y cualquier momento. Aunque lo realicé recreándolo en el siglo XXI, cuando lo hice, pensé en la batalla de Hué, en Vietnam 1968. Y por eso los edificios los hice como los de Hué, de hormigón. Aunque, como se puede ver ahí se acaban las similitudes: los coches modernos, el cartel, la gasolinera de Cepsa y el camión cisterna de Redmansa. 

    Los soldados, siguiendo mi costumbre llevan mezcla estética de equipamiento. También vuelvo a tratar el tema del compañerismo.   

Combate urbano II

Camarada caído

  Nueva escena de la guerra asimétrica. Podría ser cualquier lugar, Europa o Afganistán. Este es un boceto en el que me centré en la fotografía y la composición de la escena. El resultado me enorgullece, no solo por el dibujo, también por el combate, luchando por secciones, ametralladora de apoyo, etc. 

  También muestro los valores de la guerra, como el compañerismo, característica importantísima de la técnica bélica, con la que la estructura militar funciona mejor. El soldado que arrastra del herido aporta el dramatismo que buscaba; ordena además la escena y la divide en temas: valor y dolor y frialdad y arrojo.  

Inmaculada Concepción

Tercio español

   Hoy hace 427 años el Tercio de  Francisco de Bobadilla, tras sufrir asedio y acoso en la isla Bommel, entre los ríos Mosa y Waal, Flandes, venció a su enemigo. Los holandeses, desde barcos y un castillo estaban apunto de vencer a los apurados españoles. Cavando trincheras, un infante español halló una tabla con una imagen de la Inmaculada Concepción. La tropa se encomendó a la Virgen; por la noche un inusual viento heló la superficie del río, y el tercio pudo marchar sobre el mismo y vencer a sus enemigos. Proclamaron a la Inmaculada Concepción patrona de la infantería. 

    El dibujo es una simplificada escena de la acción bélica de los tercios: fuego artillero, caballería ligera y cuadro de piqueros y mosqueteros y arcabuceros, apoyándose en su avance al enemigo. Esta podría ser cualquier batalla; algún día Emmpel saldrá de mi lápiz. Hasta entonces: ¡Viva la Inmaculada Concepción y su fiel Infantería!

Sanitario

Junto al sanitario

   De nuevo una escena de la guerra asimétrica. Podría ser cualquier país, cualquier momento, cosa que quiero acentuar con la mezcla de los uniformes. Es una ciudad, una patrulla combate, están aislados. Es la guerra asimétrica, pero sus enemigos están más bien organizados y han logrado aislar a la unidad. Los cuatro soldados combaten a costa de sus vidas, en una posición precaria, sin más líneas de apoyo y sin posibilidad de replegarse. Mantienen tan difícil situación para no abandonar al médico, que al fondo de un cráter atiende a tres heridos. 

   El médico sabe que los caídos van a morir, pero no quiere abandonarles, les acompaña y consuela, inyectándoles morfina. Los cuatro soldados tampoco quieren abandonar al sacrificado sanitario. No piensan, actúan. Probablemente sea un suicidio, pero para eso están, para combatir por el que tienen al lado. 

Caídos en Vietnam

Caído en Vietnam

   Siempre me ha llamado mucho la atención las imágenes de la Guerra de Vietnam en las que se ve cómo retiran a los heridos para subirlos a los transportes. No solo por la estética de esta guerra tan impopular, sino por la escena en sí, en muchas les llevan sin camillas, con gestos realmente dramáticos y crudos, con violencia, incluso en sus serenas posturas.

   Las mejores fotos de esta guerra, de estas escenas, son sin duda las de Larry Burrows, fotógrafo de guerra, que supo captar como nadie la visión más oscura de la guerra.

Don Rodrigo

Muerte de don Rodrigo

    Don Rodrigo, también conocido  como Roderico, fue el último rey visigodo de la Hispania goda. Con su muerte, el islam pasó a dominar la mayoría de la península ibérica. El soberano murió en la batalla del río Guadalete, en julio de 711, frente a los musulmanes del califato Omeya. No se sabe si Rodrigo murió en el combate, lo cierto es que desapareció, y el cuerpo de su caballo fue encontrado asaeteado cerca del río. Con el rey desapareció el reino, y con ambos toda resistencia cristiana ante los infieles. Hasta una batalla -o escaramuza- 11 años después, en Covadonga, suponiendo la primera derrota de los invasores.

    La imagen, a pesar de su pequeño tamaño, y no ser más que un boceto, me gusta mucho: el dramatismo y melancolía de la escena, las posturas dolidas de los guerreros sobre su soberano, el acabado de las telas y armaduras. Espero que os guste

    

Soldados de Cuera II

Combatiendo los de cuera

  Los soldados de cuera, héroes del desierto del abandono, en una posición apartada del mundo, sin contacto con nadie, han de combatir por un imperio y un sistema que no pueden " ver" ni "vivir". Su lucha es realmente admirable.

   Desde su creación en el siglo XVI hasta la caída del virreinato de Nueva España, usaron prácticamente el mismo uniforme. Supuse que lucharían en las guerras de independencia, aunque no tengo la certeza. Así que me imaginé cómo sería un combate entre los de cuera y coraceros patriotas. Este es el resultado. 

Niños soldado

Niños soldados, inocencia armada.

    La violencia siempre horroriza, pero más si se ensaña con los más inocentes. Los niños de "aquí" juegan con armas de plástico o madera, se "disparan" y "matan", entre risas y gritos atacan al enemigo en una lucha interminable. Pero luego su madre les llama al orden y los sienta a cenar y luego los arropa en la cama.

    Los niños de "ahí" tienen armas, también de madera, pero solo la culata y cuando las disparan no es ningún juego. Cuando mueren no pueden decir: "no vale, no ha valido". Después de cenar nadie les arropa, solo tienen al lado a un pequeño compañero que tampoco comprende por qué sufre ni a quién odia . 

Carga en Panzacola

   La toma de Panzacola -hoy Pensacola- por Bernardo de Gálvez se llevó a cabo con tropas de los virreinatos y de la península; fueron numerosos los regimientos que acudieron desde España. Entre ellos se hallaban institutos de caballería e infantería. 

    Del Regimiento España participaron los jinetes del instituto de dragones. Como todas las unidades de caballería fue importante en labores de exploración, protección y acoso al enemigo.

    En este dibujo represento a un jinete  de esta unidad herido de muerte en el pecho. Sobre el lado derecho llevaban la banda de la que pendía el arma de fuego, carabina o rifle.
    La postura del hombre me gusta, tal vez un poco rígida; sin embargo la mano que sostiene las riendas es pésima, carece de naturalidad y de fuerza, error que, desgraciadamente se me pasó por alto. El caballo lo saqué de unas  magníficas fotos del rejoneador Diego Ventura.

Imperio británico

    A principios del XIX el imperio ruso mostró interés en el Índico, para lo que debía acceder por Afganistán y la India. Para el imperio británico aquello era una amenaza sobre su joya de la corona: India. Los rusos enviaron una delegación a Kabul que fue muy bien acogida. Los ingleses quisieron hacer lo mismo, pero sin éxito. Así que Inglaterra decidió tomar Afganistán y hacer de él un estado bisagra y anular así la amenaza rusa. Entre 1839 y 1842 y en 1878, los ingleses sufrieron dos derrotas y una terrible retirada. Afganistán fue tan duro para los ingleses como lo sería cien años depués para los soviéticos.

    Poco después, entre 1880 y 1881, los ingleses sufrieron otro revés del que salieron algo más airosos: las Guerras Boers en Sudáfrica. La organizadas y extensas líneas de infantería se desbarataron contra los escurridizos tiradores montados boers. Por eso los ingleses recurrieron a las trincheras, en las que murieron muchos hombres. Como sucedió en Spion Kop.  

    Arriba, ingleses cruzando un río en Afganistán. Abajo británicos atendiendo a un camarada herido en las colinas de Sudáfrica.

Combate en el mar

    Cuando la artillería permitió combatír en el mar, a distancia, la técnica era especialmente importante; la artillería naval estaba en un espacio reducido con muy poca visibilidad del enemigo o del combate en general, con todo el material distribuido milimetricamente; luchar en esas condiciones requería una frialadad, un valor y una preparación admirables. 

    En este dibujo muestro una pieza de artillería de un navío de línea español del siglo XVIII. Sinceramente no sé cómo distribuían el material, pero por lo poco que he podido ver debía ser muy parecido.

Combatiendo en Gibraltar

   Cuando las tropas de los RRCC conquistaron el Reino de Granada en 1492, no todo fueron batallas en tierra, también las hubo en el mar. Las carabelas castellanas navegaban por el Estrecho en busca de los dows mususlmanes. En aquella época los combates navales todavía eran al abordaje, la artillería -falconetes- era muy secundaria; en la batalla de Lepanto en 1571, se combatió embistiendo con la proa y asaltando. Fue en 1588, en las batallas de la Gran Armada, cuando aparecieron los combates modernos, de cañonear a distancia.

   Aquí represento una carabela castellana combatiendo con una galera musulmana en un mar violento.

Tercio Español

    Los tercios españoles, ideados por Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, en las reformas militares de principios de siglo XVI,  hicieron temblar a Europa durante dos siglos; combinaron el arrojo con la técnica y se ganaron el respeto de sus enemigos.

    Un tercio se caracterizaba por la técnica: resistir, con frialdad y firme la pica, la embestida de la caballería; mantener la formación ante el cañoneo y los arcabuceros enemigos; el cuerpo a cuerpo con las picas. Todo ello requería mucha disciplina, preparación y valor. Las victorias de Pavía, San Quintín, Gravelinas, Empel o Valenciennes, son algunos ejemplos de su eficacia.

   En el primer dibujo represento la confesión de un soldado en el campamento. En segundo plano hay otro guerrero que espera su turno y una tienda de campaña. En 1587, los jesuítas fueron nombrados capellanes de los tercios.

    La segunda ilustración es el último momento de una refriega en un terreno hundido y pantanoso, tras una emboscada, han luchado cuerpo a cuerpo, en un duelo cruel y violento.

Combate urbano

    Estos dibujos representan combates urbanos modernos. Los de hoy en día, guerras asimétricas: una potencia contra una fuerza inferior en tecnología, en un equilibrio que no permite a unos eliminar a su enemigo y a los otros ocupar el terreno. Son los casos de Afganistán, Vietnam, o las guerras del siglo XIX contra indios o bereberes. En el XXI la tecnología vuelve a quedar en entre dicho en los espacios urbanos y en la guerrilla.

    Los dibujos podrían ser cualquier momento del futuro, tal vez mañana mismo, y el lugar perfectamente  podría ser Europa occidental. Los uniformes son inventados: casco de paracaidistas alemanes en la IIª GM, CETME español, polainas como los mairnes norteamericanos y equipo táctico actual.

    En el primero unos soldados se cubren de un tirador que a deribado a uno de los suyos. Quería representar el miedo y la impotencia. 

     El segundo está inspirado en una escena del film 28 días después, del final; un soldado atiende a un camarada en su último momento. No buscaba tanto el compañerismo, como potenciar la fuerza visual que tiene la escena de la película.

Legionarios en África

    La Legión nació en África en 1920, como Tercio de Extranjeros, y fue ahí donde forjó su leyenda. Cuando pasaron a combatir a la península durante la Guerra Civil Española su belicosidad ya era conocida; su fundador, José Millán Astray y Terreros, logró en 1922 la Medalla Militar Individual.

    Debido a las numerosas bajas y a los duros enfrentamientos se fundó por Real Decreto el “Tercio de Extranjeros”  el 28 de enero de 1920. El 20 de septiembre, día en que se alistó el primer legionario, es más popular. Su creador  buscaba suceder a los Tercios antiguos, manteniendo “el mismo concepto del honor, del deber y del sacrificio”. 

    Arriba, un sargento con chambergo y botas, otea el horizonte en una misión de reconocimiento. El soldado que le acompaña lleva chapiri y alpargatas. Ambos petenecen a las guerras africanas de los años 20.

    Abajo, un tirador legionario durante la Guerra Civil Español. Aquí quise experimentar con una técnica de sombreado mediante rallado.