miércoles, 13 de marzo de 2013

Flandes

Cortejando
   En el siglo XVII, los Tercios españoles combatieron a los rebeldes flamencos. Fue una guerra larga y dura; 80 años, 1568 a 1648. Entre las tropas imperiales había numerosos españoles, aunque no eran la mayoría, su fama les engrandecía. "Murallas humanas" les decían, tal era su valor y arrojo.
     Como ya publiqué, me atrae mucho el espíritu pícaro y romántico del que siempre han presumido los españoles. En la primera imagen hago gala de ello.
Huyendo
    En este conjunto podríamos nombrar al galán protagonista de una historieta: Es un soldado español, castellano, piquero o rodelero. Cavilando se ha alargado en su paseo, y encuentra a una joven frisia, una enemiga, una hereje, pero también una bella campesina. Y a pesar de las diferencias, él responde a la inquietud amorosa; la corteja. 
   Ahí queda la estampa, serena, llena de fuerza y significado, todo un símbolo de la naturaleza humana.
   El siguiente dibujo es el mismo soldado de antes, unos minutos después. También hay unos rebeldes, pero estos van armados y no le van a dedicar precisamente una sonrisa. El galán huye. Ya dejará los requiebros para otro día. 

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